“Las actas de los tres primeros concilios mexicanos Historia diplomática y estudio de su itinerario”
Magnus Lundberg
Publicado en Anuario de Historia de la Iglesia, 15 (2006)
En 1546 la Santa Sede erigió las arquidiócesis de México, Lima y Santo Domingo. En consecuencia, las diócesis de las Indias dejaron de ser sufragáneas del arzobispo hispalense y formaron tres nuevas provincias eclesiásticas al otro lado del mar. Este evento marcó el inicio de la época dorada de los concilios provinciales en Hispanoamérica.
En la provincia mexicana se celebraron tres concilios en 1555, 1565 y 1585, que salvo un cuarto sínodo provincial reunido en 1771, fueron los únicos concilios celebrados en la Nueva España durante la colonia. Además, dada la relativa ausencia de sínodos diocesanos mexicanos, los decretos de los primeros concilios deben ser considerados como fuentes indispensables para el estudio de la historia eclesiástica novohispana.
Por mucho tiempo los decretos originales de los tres conciliares se guardaron en el archivo de la catedral mexicana. Sin embargo, ahora se encuentran en Bancroft Library en Berkeley, Estados Unidos de Norteamérica. Entre los llamados Mexican manuscripts de la dicha biblioteca, existen cuatro volúmenes, que incluyen tanto los decretos de los tres concilios novohispanos como muchos papeles de trabajo del tercer concilio.
En este artículo no intentaremos analizar el contenido legislativo de los concilios mexicanos. Nuestro enfoque se va a circunscribir a las actas conciliares como tales, o sea, vistos como diplomas. Por eso, analizaremos las actas de los concilios mexicanos, tanto sus versiones manuscritas como las tempranas ediciones impresas. Nuestro propósito principal es, en definitiva, estudiar las peregrinaciones de las actas originales para averiguar cómo pasaron del archivo de la catedral de México a la Bancroft Library.
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